Un paso más acá del verso
está la nada revuelta
preñada de frases inconexas,
palabras que chocan entre sí,
pensamientos a medias…
están los conceptos más arriesgadas,
las más atrevidas ideas,
signos desorganizados,
sueños y osadías quietas.
Y está el poeta.
Atento a las palabras,
esa algarabía indisciplinada
de las que luchan por ser ellas
quienes desembarquen en una poesía.
Esa es la máxima ambición de las pequeñas letras.
Francisco de Sales