Te marchaste.
Te llevaste una parte de mí.
Me dejaste toda la tristeza.
Al deshacer la pareja
llegó el momento de los repartos.
Repartimos aquellos recuerdos
en los que aparecíamos los dos.
Repartimos los besos
y me quedé con los más amargos.
Este jadeo para ti,
este suspiro para mí.
Esta sonrisa tuya me la quedo,
si no te importa.
Llévate todos los “buenos días, mi amor”,
quédate con todos mis “te amo”.
Para ti lo que no duele,
para mí todo el dolor.
Mejor llévatelo todo.
Nada quiero de ti.