Estoy, inquieto,
esperando esa magia invisible
que coloreará mi inspiración
y dará a mis ojos visión de poeta
y a mi corazón sensibilidad de poeta
y a mi pluma frases nuevas de poeta.
Estoy inquieto,
atento a ver si en mi cabeza aparece
una verborrea desconocida,
si mi corazón se torna en corazón parlanchín,
si las ideas florecen bellas y encadenadas,
y me convierto poeta.
Estoy inquieto.
Muy inquieto.
No ha ocurrido lo esperado.
Sigo siendo el aprendiz inquieto
que cree más en los milagros
que en la propia escucha.
Francisco de Sales