A veces,
escribir estas pseudopoesías pretenciosas
es un modo de confesarme
ante un tribunal invisible
frío-crítico-analítico, o generoso,
que emitirá un veredicto inconsciente
y luego me dará su olvido.
Pero
no puedo evitar
ordenar pseudopoéticamente mis quebrantos,
mis historias de pasiones imaginarias,
la retahíla de desamores,
las tibias alegrías,
o las reflexiones irreflexivas,
aunque estén predestinados a mantenerse
un segundo en la retina,
un segundo en el pensamiento,
un segundo en la emoción,
o una eternidad en un papel extraviado.
Francisco de Sales