Detenerme

Será mejor que pare la vida de no vivir, que me detenga a respirar amaneceres, a emborracharme de vuelos de pájaros, y acunar y acostar soles, antes que seguir en este respirar sin ganas un aire desalmado que hurga en…

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Despacio

Despacio... Tengo que aprender a vivir despacio. Puedo tratar de abreviar la vida y vivirla en meses, en minutos; puedo engañarme creyendo que sólo vivo si corro; puedo escribir mil  palabras y meterlas a presión, sin ritmo y sin sentido,…

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Deseo de mi deseo

Pienso en este momento que una distancia insalvable de posibilidades y de pensamientos nos evita y nos aleja. Pienso que nunca saldrás de la utopía y siempre me serás prohibida, y sin tú saberlo serás mi inalcanzable deseo. Pienso que…

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Desconozco mi perdón

Aún coletean en mi conciencia los ecos del último reproche y ya está otro buscando plaza en la que afincarse, preferiblemente a perpetuidad. No me perdonan. Soy mi más encarnizado verdugo. Soy persona non grata para mi paz, que reniega de mí…

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Denuncia necesaria

Cuando leo las poesías que exhibes al mundo en las que te pavoneas con tu léxico, en las que muestras un corazón florido, una ternura de madre, y una sensibilidad sobrehumana, yo, que te conozco desnudo, siento la necesidad de…

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Deberes pendientes

Debería dejar urgentemente esta costumbre mía de peregrinar sin rumbo en la búsqueda enfebrecida o desganada de un principio por el que recomenzar mi vida. Debería aposentar la prisa en un campo de adormideras y dejar que el ocio y…

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Cuarenta y un años

Cuarenta y un años.  O cuarenta y uno. La edad impensable en mi infancia, cuando creía que siempre tendría ocho años porque nunca llegaban los nueve. Le preguntaba a mi madre cuándo cumpliría más y me marcaba en el calendario,…

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