He nacido para amarte.
Es un título perfecto para una canción
-una de esas empalagosas-
o para una novela dulzona
-de esas prohibidas a los diabéticos-
pero también es
-o puede ser-
la voz más sincera de un corazón
cuando alcanza la conexión perfecta
con otro corazón.
He nacido para amarte.
No cabe más amor.
Nadie puede amar más
que quien expresa así sus sentimientos.
Te amo se queda escaso.
Te deseo apenas dice una pequeña parte.
He nacido para amarte.