Retazos del pasado

Los últimos retazos de aquel pasado inclemente

se convirtieron en un eco vetusto

cargado de verdades y mentiras,

sueños de invidente, deseos de estatua.

Era un eco que mentía a conciencia,

fantasioso en demasía,

tenaz en su obstinación,

preludio del último final.

Los últimos retazos buscaron perpetuarse

aferrándose a la memoria, sin resultados positivos.

Acabaron desapareciendo

entre lo que no pasó y el olvido,

diluyéndose en voz baja.

Aquel pasado inclemente buscó adornos que ponerse,

medallas que nunca ganó,

mentiras que imitaban muy bien a las  verdades.

Siguió siendo lo que fue:

terremoto mal nacido, vacío lleno de penas,

noche que escondía puñales,

tormento que corría por las venas.

Noche de muertos.

Pasado enterrado en la arena.

Deja una respuesta