Desconozco mi perdón

Aún coletean en mi conciencia

los ecos del último reproche

y ya está otro buscando plaza en la que afincarse,

preferiblemente a perpetuidad.

No me perdonan.

Soy mi más encarnizado verdugo.

Soy persona non grata para mi paz,

que reniega de mí con razón.

Quizás un corazón más condescendiente

sería mejor juez

y sus sentencias más benévolas.

Pero no.

Transito por la vida severamente,

desusando mi perdón,

víctima de mi intransigencia.

Francisco de Sales

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