Asesinos de las poesías

Ya no hay poemas

con letras temblorosas

que delaten la emoción de quien la escribió,

ni palabras emborronadas

porque una lágrima explotó sobre ellas.

Los SMS y los correos electrónicos

son asesinos de las poesías

y de los poetas.

Ahora, las poesías,

ya no se pueden arrugar por los nervios del amor,

o de la rabia,

ni releerlas hasta desgastarlas,

ni esconderlas en los libros,

ni esconderse a solas con ellas,

ni añadir corazoncitos y respuestas,

ni esconderlas junto al corazón.

Qué pena…

Francisco de Sales

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