No sé qué hacer con tantas poesías.
Tanto folio estampado de letras,
tantas palabras apelotonadas,
tantas ideas, y tan dispersas y tan dispares,
tanto tiempo gastado en organizarlas…
y cuando muera, morirán conmigo.
No les profetizo un futuro
fuera de un trastero bochornoso o húmedo,
rodeado de utensilios de playa, a veces,
otras veces, ropa de abrigo.
Quizás si consiguieran encuadernarse
podrían aspirar a un balcón de librería,
apretujadas entre otros tomos,
donde amarillearse poco a poco
mientras esperan al olvido.
No sé por qué pierdo el tiempo,
profano folios, derrocho tinta,
y me engatuso con la idea
de ser un buen poeta
algún día.
Francisco de Sales