Los últimos latidos
han sido los más intensos.
Parecías aferrarte a la vida
aún sin fuerza ni conciencia.
Como si para ti
no fuese el momento del final,
como si te faltase algo,
tal vez algún adiós,
tal vez te faltase un beso
de alguien que no se presentó
a tu despedida del mundo.
¡Quién sabe!,
ya no puedes hablar.
Tu respiración sigue sin ti.
Hace ya un rato que te has ido
y has dejado el cuerpo aquí.
¿Dónde estás?
¿Sigues siendo alguien?
¿Sigues siendo quien yo amé?
Ya no respiras.
Ya no te siento.
Ya has dicho adiós.
Adiós.