A pesar
de tus palabras tan agresivas
aún no quiero creer
que me odies tanto.
No fui lo mejor para ti
-lo sé-,
no cumplí mis promesas
-de acuerdo-,
no te amé casi nada
-cierto-,
te fallé
-lo siento-,
te mentí
-y esto no tiene perdón-.
Reconozco mi fracaso
entono un mea culpa,
ruego tu perdón.
Si me odias, muero.
Si me perdonas, renazco.
Tuya es la decisión.