Se amaron fácilmente

Pocas veces el amor

ha recorrido caminos menos quebrados

o senderos más luminosos.

Se amaron fácilmente.

Sonrisas y besos en el desayuno,

amor de primero y amor de postre en la comida;

las cenas eran puro delirio amoroso

y después llegaba el momento

en que la parte febril del amor

les desnudaba de ropa y pudores,

se convertía en caricias y besos,

y entraba dulce o frenéticamente en ella

arrancándole el aire en resuellos,

gemidos como de doliente placer

y la vida en suspiros.

Cada día, al amanecer, recomponían el amor,

se miraban y otra vez se deseaban,

y eso les alimentaba para el resto del día y de la vida.

Así que el amor decidió quedarse con ellos,

y por ellos,

hasta eternizarse

en un amoroso infinito.

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