Llega

No hace falta

ponerle palabras al dolor:

con mirarle a los ojos, llega.

No hace falta

hurgar más de lo imprescindible

para que salten las lágrimas,

el gesto se rinda,

el pesar y el penar gobiernen:

con sentir, llega.

No hace falta

la redundancia,

ni volver a recordar,

ni rematarse con el puñal

de los más envenenados pensamientos:

con pensarlo, llega.

No hace falta

la muerte:

con llorar, llega.

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