Uno, dos, tres…
Es sólo cuestión de tiempo.
Enseguida llega un aluvión de palabras,
las frases medio construidas,
una incontinencia verbal;
o se cuela algún pensamiento con ínfulas,
una torpeza disfrazada de sabiduría,
una tontería pretenciosa;
o me inunda un chorreo de veleidades,
mentiras ensartadas,
historias demenciales;
o llega una frase con corazón,
un escalofrío entre las letras,
una lágrima de papel que moja;
o son maracas encendidas,
olor de albahaca clandestino,
dinamita a punto de explotar;
o viene tu nombre en dorado,
tu corazón enlazado al mío,
tus besos a mi encuentro,
y con esta amalgama
aprovecho y hago
una poesía.
Francisco de Sales