Toda mi vida,
sin saberlo,
luché por nada.
Ahora que nada he conseguido,
lejos de ser feliz,
soy víctima.
La nada no me llena.
La nada, nada me aporta.
La nada me resta ilusión.
La nada quita vida a mi vida.
Donde pudo haber futuro
hay un pergamino negro sin escribir.
En mi corazón anidan pájaros muertos.
En mi porvenir no caben ni el sol ni la esperanza…
Para poder seguir sólo me queda
dar un golpe de estado de gracia,
derrocar al demonio del vacío,
e instaurar un Reino de Luz.
Amén.
Francisco de Sales