Si un día de estos
Dios tuviera el detalle de presentarse ante mí,
con sus credenciales en una mano, y la Paz en la otra,
posiblemente cambiara la opinión que tengo de él.
Mientras,
y dado que somos dos desconocidos,
y sólo sé de Él de oídas,
aunque casi todo bueno,
creo que es mejor mantener estas distancias.
Yo proclamo mi deseo de intimar
poniendo todo de mi parte, y más,
pues no quisiera perder la oportunidad
de tan grandioso encuentro.
Lo escribo aquí
por si es un curioso
y ojea mis escritos.
Francisco de Sales