Nada queda

El más injusto de los silencios

se ha adueñado de mí.

Por mi interior circula un vacío

que avasalla y destruye,

sin piedad,

la flora y la ilusión.

Toda la vida que me habitaba abandonó el lugar

llevándose hasta el último rastro

y todos sus recuerdos.

Vagabundo o desterrado,

buscándome

me adentro en mis adentros.

Nada hallo.

Y no espero hallar otra cosa.

Francisco de Sales

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