A veces,
cuando pronuncio te quiero,
con el temblor virgen de la primera vez,
retomo en mis estremecimientos
tus ojos huyendo a la luna,
aquel suspiro intermitente,
y tu corazón implorándote calma…
Esas veces
quisiera retornar al principio,
re-enamorarme nuevamente,
tocar todas las notas de la pasión,
eliminar lo negro del destino,
y conocer todo por primera vez.
Esas veces,
tan llenas y tan vivas,
la sonrisa se me despereza,
se expresa armónicamente,
contagia el brillo a los ojos,
y te miro desde mi amor infinito.
Francisco de Sales