Desamor y desolación
Desamor y desolación son la misma palabra escrita con otras letras: nada las distingue. El amante abandonado siente el mismo dolor en ambas. Perder el amor de la amada es una forma de morir que se hace más cruel que…
Desamor y desolación son la misma palabra escrita con otras letras: nada las distingue. El amante abandonado siente el mismo dolor en ambas. Perder el amor de la amada es una forma de morir que se hace más cruel que…
No hace falta ponerle palabras al dolor: con mirarle a los ojos, llega. No hace falta hurgar más de lo imprescindible para que salten las lágrimas, el gesto se rinda, el pesar y el penar gobiernen: con sentir, llega. No…
Más allá de un amor que es amor, realmente, más allá de una ternura hermosa tirando para bella, más allá de un temblor que no es frío y es pasión, más allá de un sol que no está en el…
No niego que lo que de verdad quisiera es navegar en tu desnudez, con un permiso indefinido, y pasar la noche en tu regazo y al amanecer escalar tus pechos para vez bien la salida del sol, y acampar una…
Podría haberse callado para siempre y ser enterrado con su secreto, pero una lucidez propia que desconocía le gritó desde dentro “díselo”. Envalentonado rebuscó entre sus palabras -tan pocas y tan simples- las necesarias para componer la más bella declaración…
Sólo hace falta que el día haga un hueco en su apretada agenda, en cualquiera de esos momentos que están muertos aunque aparenten estar ocupados, que uno esté entonces predispuesto -abiertos los ojos y el corazón-, que uno se atreva…
Se atrevió, por fin, a enfrentarse a su dolor más antiguo, a su vacío más inquietante, a la noche más funesta; entró a quemarropa en sus recuerdos más recónditos, los que siempre calló, los más lacerantes, y se atrevió, por…