La verdad ingrata

Me duele la perfección de tu cuerpo joven y deseable; en el mío se acumulan arrugas, gorduras y años. ¿Cuántos tienes?, ¿veinte? yo tengo setenta y siete. Me queda poco futuro y además no se presenta atrayente. Me iré y…

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No niego

No niego que lo que de verdad quisiera es navegar en tu desnudez, con un permiso indefinido, y pasar la noche en tu regazo y al amanecer escalar tus pechos para vez bien la salida del sol, y acampar una…

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Humana

Se atrevió, por fin, a enfrentarse a su dolor más antiguo, a su vacío más inquietante, a la noche más funesta; entró a quemarropa en sus recuerdos más recónditos, los que siempre calló, los más lacerantes, y se atrevió, por…

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No y no

Ya no puedo engañarme más: sé que huyo. Sobre todo de mí, de mi vida -y no me resulta difícil-, de lo que no quiero afrontar, de lo que arde en mi mente, de lo que mata a mi corazón.…

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Hoy tampoco puedo

Hoy tampoco puedo recomponerme, colocarme bien la sonrisa, ni mirarme al espejo sin ver una lágrima reflejada, ni mantener viva la esperanza aunque sea artificialmente. Hoy tampoco puedo reconciliarme con mi ánimo, ni espantar la tristeza, ni darme besos o…

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Debajo de tu falda

Debajo de tu falda anida el pecado, el origen de la vida y el comienzo de los mundos, la patria de los apátridas y el refugio de los perdidos, el Grial, la Luz, el caos de los sentidos y el…

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Los carteros y las cartas

Hace ya mucho tiempo que los carteros, en otro tiempo emisarios de noticias, no aparecen por mi casa, no alegran mi vida. Esperaba su llegada porque era esperar a mi amada; ellos me traían tus palabras, en un folio cursi…

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