Muerto de amor

Apenas dejé de respirar

lo primero que hice fue ir al Cielo.

Allí te encontré,

como te encontraba antes en todos mis sueños,

en los espejos donde te habías mirado,

en los rastros invisibles de un aroma

-polvo de estrellas, pasos del camino-,

tú, aire por el que siempre suspiré,

amor en el que siempre me quise perder.

Todo mi pasado te conoce,

habla de ti en nombre propio

y sueña tus mismos sueños.

Te respiré en cada respiración tuya

-el mismo aire usado por ti-,

te amé en presente de indicativo

-yo te amo, yo te amo, yo te amo-,

seguí tu rastro buscando tu presencia

-faro, luz, ensueño, vida-,

y apenas morí a tu ausencia

ya renací por tu añoranza.

Deja una respuesta