Una hoja de mi diario

Te quiero en dos idiomas: amor y razón.

Te amo de cualquiera de las maneras.

Te sueño despierto e incluso dormido.

Sigo sin querer escapar de tus cadenas

que me cautivan y me encandilan

y no deseo ser parte de una fuga

ni quiero quejarme a gritos

ni recibir consuelo ni un pésame;

ansío una unión infinita y terrena contigo,

despertar a la menor distancia de ti,

o sea, en ti, dentro de ti, siendo parte de ti.

Me atrapan los hechizos que emanas,

sigo tu rastro para encontrarte

y te encuentro en mis recuerdos

y eres, solo y tanto, tú.

Y tú eres una flor que habla y camina,

una nube que se mete en un vestido,

un cielo que se pierde y no se busca,

una lluvia que se arrepiente por llover,

una roca de nata y versos,

mil llantos y algún canto;

mariposa indecisa entre tantas flores,

felina y tímida, carcajada,

ave menuda, aire libre,

proyecto inacabado de ti misma.

Tú.

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