Lo difícil es
sobrevivir a los propios errores,
mirarse al espejo sin temblar,
sin huir o llorar;
revisar la propia vida
y aceptarse con todas las equivocaciones,
aceptar los dolores sentidos
y los dolores causados,
y ser fiel a la conciencia que nada calla
ni se deja sobornar.
Lo difícil es
perdonarse y seguir adelante,
ser honesto y no eludir la responsabilidad
de las cosas –muchas- que se hicieron mal,
darse ánimos cuando no se tienen
ánimos para darse.
Lo difícil es
ser Humano,
tan débil o tan confuso,
tan creador de errores,
y tan digno de lástima
y de consuelo.