De lo poco que sé de la vida es…

que se acaba.

Por mucho que uno se empecine

en negociar una prórroga

con la insobornable muerte,

por tentadoras que sean las propuestas

que se le hacen,

ya sean grandes fortunas o el alma,

ella no quiere otra cosa que la vida

que es de lo que vive y se alimenta.

Cuando no pienso

pienso que la vida va a estar siempre conmigo

como así lo ha hecho hasta ahora,

y aplazo primaveras o paseos,

aplazo encuentros y abrazos

como si el infinito fueses mi aliado,

como si la muerte no formara parte

del paisaje de mi futuro.

En cambio,

en una mala pero inevitable realidad,

cada vez me voy  acercando más

al punto crucial donde me espera.

Soy yo quien va a su encuentro

aunque diga que no quiero ir.

Hace poco que ha empezado a acaparar

bastante más de mi tiempo

y de mi atención

y va dejando de ser “la muerte”

y está siendo “mi muerte”;

ya la miro con menos miedo

y con un poco de aceptación,

lo cual no quiere decir que sea de mi agrado

ni que forme parte de mis deseos.

Poco a poco, también,

nos vamos separando del resto,

nos vamos quedando a solas

y emprendemos el último tramo en el Camino de la Vida,

y observamos que los jóvenes,

en su brillante juventud,

te ignoran y hasta te retan

desde una sensación de poder

cuyos pies de barro desconocen aún.

Vamos hacia un matrimonio

indisoluble

-yo sin ganas, tú rutinaria-

trágico

-hasta que la resurrección nos separe-

hermético

-lleno de vacíos y de silencios-

huraño

-nunca te amaré-

áspero

-nada de besos cálidos y apasionados-.

De tu mano inerte

iremos de la nada a la nada

en un mundo –el tuyo- negro

en el que el único brillo

es tu fría tristeza.

No sé qué es esto de morirse,

eso de dejar de ser quien uno cree que es

o dónde se deja el ego

ni cómo es vivir muerto.

Así que quedo pendiente de tu llegada

-no tengo ni tengas prisa-

y prometo no odiarte

ni maldecirte para la eternidad.

Entenderé

del modo más sereno posible

que sólo eres una operaria

impecable en tu trabajo

y las reclamaciones se las haré

a quien sea pertinente.