Me pregunto
-y no me respondo-
cómo salir de la pena
si cada mañana,
cuando me levanto,
me encuentro que me están esperando
los mismos arrepentimientos,
las lágrimas que no gasté ayer,
el cajón de la tristeza rebosando,
el infierno y las tormentas,
las heridas reabiertas…
Cómo salir de la pena
si la puerta está tapiada,
si mis ojos están ciegos,
mi esperanza va al psiquiatra,
la alegría me negó su amistad
y el demonio duerme conmigo.