Antes de salir
he roto todas tus fotos.
Cuando vuelvas a casa
te encontrarás el suelo regado
de trocitos minúsculos:
la sonrisa rota,
los miembros descoyuntados,
el mar del fondo despedazado,
tu cabeza guillotinada.
Cada trocito lleva
igual cantidad de odio.
En todos los pedacitos
está mi firma ponzoñosa,
mis peores deseos,
la despedida funesta,
el adiós definitivo.
Súfrelos.
Francisco de Sales