De sus ojos infinitos

Sus ojos.

Recuerdo claramente sus ojos.

Sobre todo, sus ojos.

Y un poco, la sonrisa de anuncio de dentífrico,

y otro poco,  su pelo como ensortijado.

La voz, no.

Sí los adjetivos con los que me piropeaba,

pero no recuerdo su voz.

Sé que su risa sonaba sincera y franca.

Pero no recuerdo la intensidad ni el tono.

Sus ojos, en cambio,

nunca me han abandonado.

Me aparecen hasta en los sueños.

Los veo por todas partes.

Me miran continuamente.

Me queda,

además de tu ausencia,

la mirada de sus ojos.

De sus ojos infinitos.

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