Sin fusión con la confusión

Vida:

te estoy llamando.

No sé dónde buscarte,

ni por qué me huyes,

ni cuáles son mis miedos,

ni quién me gobierna.

No sé vivir:

ni siquiera estoy acostumbrado.

Sólo sé hacer cosas poco importantes:

matar el tiempo,

desperdiciar amaneceres,

engañarme hábilmente,

quejarme en silencio…

No soy yo quien me vive.

Es otro el que está dentro.

Escribo ahora que no está, aunque ha dejado la confusión para que me controle.

Francisco de Sales

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