Poeta presuntuoso

A veces,

el pseudopoeta que me habita,

asiduamente desatendido,

me reclama atención,

y un papel y una pluma,

para poner en mi mano

el movimiento que dibuja

la verborrea pretenciosa

del minúsculo filósofo,

del que se cree grandilocuente.

A veces,

le hago caso y le concedo

su derecho merecido,

y escribe – escribo.

Otra veces,

le rebato con el pensamiento,

le recrimino su exigencia,

y le niego su necesidad de dejar constancia,

y le digo con contundencia que no es necesario,

pues constantemente estamos escribiendo

con la voz.

Francisco de Sales

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