O me muero

Por Dios

pido una frase atrayente

con la que comenzar a vaciar

este revoltijo de ideas

que se embarullan en mi cabeza.

Por Dios lo pido.

Me presionan los pensamientos

en un desorden desconcertado;

quieren salir y escribirse,

pretenciosos,

aunque al final resulte ser esta nada

tan poco atrayente.

Pero escribir,

por Dios,

descargar las palabras,

amansar el brazo,

juguetear con las frases,

y luego respirar un poco más tranquilo.

Francisco de Sales

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