A lo lejos,
lejos en el tiempo,
una sonrisa me saluda.
Es una sonrisa que habitó en tu boca
durante el tiempo que me miraste.
Fue breve.
Nos cruzamos una vez única,
se clavó en mi recuerdo,
me dejó la misma sonrisa para la despedida,
y partió a mi pasado
donde desde entonces se mantiene viva.
Hoy,
a lo lejos,
lejos en el tiempo,
aquella misma sonrisa,
inquilina perpetua de tu boca,
me saluda de nuevo.
Francisco de Sales