Es una lágrima primeriza.
No sabe qué hacer.
No sabe si soltarse y caer,
si aferrarse al lagrimal,
o si esconderse y esperar
otro mejor momento.
No sabe si tiene que expresar
felicidad o tristeza,
dolor o alegría.
No sabe si ser silenciosa,
o expresiva,
si acompañarse de gritos
o brotar muda.
Es una lágrima inexperta,
aún dubitativa,
novicia,
tierna.
Lágrima que aún
no conoce su destino.