Lágrimas y lágrimas

Cuando mueren las lágrimas,

suicidas irrenunciables,

borrachas de desesperación,

se forma en el cielo

un cónclave de estrellas solidarias,

generosamente plañideras,

dulcemente hermanas,

que se engalanan de luto

y las acompañan compungidas

al cementerio invisible

donde millones de lágrimas,

inútilmente derrochadas,

unas,

y por un brote de alegría,

otras,

pululan desorientadas,

inquietas por su destino.

Son lágrimas que ya no son lágrimas,

pero no yacen en el olvido.

Francisco de Sales

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