Ya
nunca me dices
te quiero
Ahora lo máximo
que me dices es
buenos días.
Pero sólo los días que son
buenos días
para ti.
De tus silencios
nacen mis dolores más sentidos;
tus vacíos son mis torturas;
la distancia que nos separa
es un abismo insalvable,
y la muerte que me envías,
sin palabras,
cumple bien su cometido.
Francisco de Sales