Me habló de amor.
Levemente.
Como si fuera algo cotidiano.
Como si todos los días
se hablara de amor.
Con la misma boca de mentir
y la misma voz de diario.
Me habló de amor
pero no me dijo todo.
Sólo lo que flota:
las risas, el deseo, los sueños…
Me escondió lo oscuro:
las noches eternas,
el corazón roto irreparable,
los celos asesinos,
el alboroto de lágrimas.
Me habló de amor.
Pero mintiendo.
Francisco de Sales