Que no se esfuerce el dolor
en querer rendirme sin condiciones.
No quiero los inconvenientes de la vida.
Sólo quiero escuchar música,
otear el infinito,
beber agua silvestre
o pasear con alas leves.
Nada de quebrantos, conflictos o escandaleras.
Nada de sufrir, doler, desencajarme.
Nada de rasguños en el corazón o en el alma.
Vivir sin estridencias, sí.
Sucumbir a los encantos, sí.
Eternizarme en una sonrisa, sí.
La paz y sus sinónimos, sí.
Padecer, no.
Nunca.
Francisco de Sales