Sin ambiciones

Y qué hacer

cuando las ambiciones

yacen calmadas

a la puerta del olvido,

cuando las ambiciones

sólo quieren descansar

porque perdieron la ambición…

Qué hacer entonces…

¿Hay que rendirse a la nada?…

¿Dejar que la indolencia gobierne el destino rendido?…

Cómo se vive sin ambición…?

¿Sin ambición se está vivo…?

Ya no me muevo por lograr algo.

He llegado a todas mis metas menos a una,

la menos querida,

pero no me importa:

que sea ella,

la muerte,

quien venga a buscarme.

Francisco de Sales

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