No sé llorar sin lágrimas
ni reír con la boca cerrada
ni sufrir sin dolor.
No sé añorar sin duelo
ni protestar sin pancarta
ni morir saliendo ileso.
No sé encontrar donde no hay
ni amanecer a media noche
ni desañorar las ausencias.
No sé arrancarme el sufrimiento
ni amar parapetado en las trincheras
ni besar con los ojos abiertos.
No sé escrudiñar los sentimientos
ni aparentar que algo no me duele
ni disimular la tristeza.
No sé encontrar mi camino
ni renacer de nuevo
ni llevarme bien con la felicidad.