Donde un amor se atreve a pararse,
rendido,
otro amor es capaz de tomar el relevo,
esperanzado,
ocupando el corazón desocupado,
y es capaz de insuflar ilusión en el alma
desalmada,
y es capaz de inyectar luz en los ojos
apagados,
y es capaz de contagiar su vida
a quien dejó de creer en la vida.
Donde un amor se atreve a pararse
rendido,
otro amor toma el relevo
iniciando el proceso
de reconquistar el corazón,
esperanzarlo,
y abrir con cariñolos candados del miedo.
Francisco de Sales