“Y en mitad de un te quiero, me olvidó”.
(Joaquín Sabina)
Siempre dudé de su amor,
tan ausente y poco claro.
Nunca creí sus palabras,
tan mentirosas como ella.
Un amor tan descafeinado
no sobrevive a la sinceridad.
Cuando me decía te quiero
yo sentía que no.
Desconfiaré de las miradas que no sonríen,
de los labios que no tiemblan
y de los sentimientos que sean mudos.
Daré vacaciones a mi corazón
hasta que se recupere por completo.
Tanta mentira moral
le han afectado gravemente.
Retiraré el verbo amar de su vocabulario
y encarcelaré mis sentimientos.
Me retiro.
Voy a sanarlo.
Voy a sanarme.