Te conmino, primavera inquieta,
a que te aposentes a mi lado,
vueles pero con un ala atada,
descanses a mis pies sin rumbo,
exhales tus suspiros en mi presencia,
primavera floreada, coqueta,
donde el sol se despereza,
el mundo se quita la nieve invernal de encima
conquistando el cielo real
y ocupando también el Cielo simbólico;
primavera de noches ligeras y manos tibias
donde las lunas salen del letargo
al son de un croar de ranas
que entonan su amor aplazado;
luciérnagas en flor, campo envanecido,
nubes blancas que ya llovieron
sus penas y sus demonios,
canción en boca de los pajarillos,
mi esperada primavera,
te quiero eterna a mi lado
y eterna en mi corazón,
primavera eterna.