En mi pensamiento

A fuerza de pensar en ti

me he acostumbrado a cerrar los ojos

y abrir el corazón al mismo tiempo.

Pensar en ti me evoca

el cielo y las delicias,

maravillas y encantos,

la esperanza y tus besos.

“Te quiero”, dice mi silencio.

“Te quiero”, repite tu voz angélica.

“Pienso en ti en este momento”, digo.

“Tú ocupas todos los míos”, dices o imagino.

En el pensamiento todo está bien,

todo resulta perfecto.

No te quiero de carne y huesos.

Te quiero etérea en mi pensamiento.

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