El silencio

El silencio fue lo que más me dolió;

más que tus palabras,

ponzoñosas y envenenadas,

me dolió el silencio,

cuando sólo me mirabas

y me matabas

con tus ojos y el silencio.

Tanto que habíamos hablado siempre

y ahora… el silencio.

Tus miradas antes eran otras.

No conocía tus miradas de odio,

no había experimentado antes

la dureza de tu silencio,

sus aristas afiladas,

su peso de montaña,

su vacío tan estrepitoso.

El silencio,

tu silencio,

me martillea el pensamiento,

retumba en mi interior.

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