Pregúntame por ti
para que te hable de ti
y quién eres -para mí-
y dónde estás –en mí-.
Pregúntame por ti.
Cómo te veo,
de qué color es tu aura,
cuál es tu rincón en mi corazón,
y te hablaré de flores
-sin especificar cuáles-
de amaneceres
-sin concretar colores-
de silencios y de risas
-sin aclarar tonalidades-.
Pregúntame por ti
y te hablaré de maravillas,
de estremecimientos,
de escalofríos agradables,
de ilusiones felices,
de los sueños que protagonizas.
Pregúntame por ti
y te hablaré,
únicamente,
de amor.
Excelente,muchas gracias
Gracias, Verónica.
Gracias a ti.