Siempre fuiste una gota de agua.
Tantas veces reparida por las nubes,
tantas veces renacida en manantiales,
tantas veces vapor o hielo…
pero siempre tú:
contradictoria, inconformista, luchadora…
Sellando con tu seña tan original
cada camino recorrido.
Fuiste la primera gota que se empeñó,
costara lo que costara,
en ascender por un río,
contracorriente,
contra todo.
Francisco de Sales