El venir constante

Las olas,

al principio de la playa,

reiteran,

con insistente terquedad,

sus ansias de dejar de ser olas

en los brazos de la arena.

Las olas,

en el vientre de la playa,

persisten,

con imparable insistencia,

en morir,

continuamente,

contra las arenas mansas.

Las olas,

en el límite de la playa,

confirman,

con inquebrantable voluntad,

sus ganas suicidas,

amando a la arena,

constantemente.

Francisco de Sales

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