Cuando llegue
la estaré esperando de frente,
mis ojos buscando los suyos,
la mirada sin temor,
mi aceptación cooperante.
Cuando llegue
ya habré vivido mi vida,
y asumiré el nuevo estado.
Cuando llegue
saldré a su encuentro,
tenderé mi mano comprensiva,
iniciaré presto el viaje.
Cuando llegue
tendré mis deberes cumplidos,
la conciencia en paz,
hechas las despedidas.
Cuando llegue la muerte,
sabrá que la estaba esperando.
Francisco de Sales