Reconocimiento

Descendí hasta el foso de tu realidad

y te encontré descarnada y fría.

Volé hasta tu cielo, y era ficticio.

Tu interior, desconchado y vacío: muerto.

Tu boca, falsa.

Tus sueños, negros.

Tu mente, una tormenta.

Tu alma había huido de ti.

El pasado, pena con pena, triste y serio.

Tus palabras mentían por costumbre,

sueltas en el oficio de embusteras.

Aún me pregunto por qué me enamoré de ti.

Francisco de Sales

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