A punto estoy de encontrar en el miedo
más un compañero que un enemigo.
Siento,
a veces con inusitada clarividencia,
que confabulamos tretas y tramas para sobrevivir;
siento una connivencia delictiva
que no empuja a vivir con intensidad,
y unas voces proponiéndome decencia,
y otras voces dándome su apoyo.
El miedo como motor
y casi amigo.
El mismo miedo que se instala en otras tripas
conmigo es dócil aliado,
nada traicionero,
casi, casi, querido.
Francisco de Sales